martes, 15 de enero de 2008

Historia de la mujer a través del cine

Encontré una texto muy interesante sobre cine y mujeres. Se los dejo. Lo tomé de Artemisa Noticias

La mujer cinematográfica
Por Jorge Belaunzarán* 23.8.2007

¿Quién fue la mujer para el cine? Un seminario buscará una respuesta con la exhibición de diez películas y fragmentos de algunas otras. La mujer aparece la mayor parte del tiempo como casquivana, tierna y heroína pero ¿siempre habrá sido así? Las lectoras y lectores de Artemisa Noticias gozarán de 20 por ciento de descuento.

La exhibición de diez películas y fragmentos de algunas otras permitirán ver cómo la mujer fue casquivana y tierna en la mayoría de ese tiempo, pero también heroica. Hasta no hace muchos años, ocupando un rol protagónico secundario: desde ahí algunos directores se empeñaron en asignarles el papel decisorio de una historia, oponiéndose al varón, aunque sobre todo a su razón machista. Más actualmente, disputando el lugar de la heroicidad en las historias. Al tal punto, que incluso se convirtió en personaje heroico de films de acción.

¿Es posible conocer la historia de la mujer en el siglo XX a través de las películas?
Acaso eso resulte un trabajo excesivo. Pero sí es posible hacer un recorrido de cómo la representaron los más emblemáticos directores y películas a lo largo de la centuria.

En más de un siglo de existencia, el cine ha impuesto cambios profundos en la vida de las personas. Tantos, que por lo general pasan desapercibidos, como ocurre con las tradiciones más arraigadas: cada nuevo habitante del mundo las toma como dadas, como si así hubiera sido siempre, y actúa en consecuencia. El cine es un hecho cotidiano: desde su forma narrativa mínima, la publicidad, hasta el golpe de efecto de las series, los unitarios y las telenovelas. Pero hay algo que ninguno de sus herederos pueden reproducir: la profundidad de campo. Tal vez sea esa singularidad la que lo hace tan poderoso a la sensibilidad, los sentimientos y las reflexiones de las personas. Más de una acción o comentario de nuestras vidas se lo debemos a lo que alguna vez vimos en una película. Pocos formatos disparan la reflexión como el cine.

Con ese poder, quienes los hicieron a lo largo de más de cien años crearon una imagen del varón y de la mujer. A veces más cercana al promedio de las sociedades que mostraban, a veces más alejadas. Concientes o no, así resultaron formadores de nuevos varones y mujeres en el mundo. Difícilmente sea posible conseguir un trabajo que mensure los cambios que impulsaron determinados films, o films de ciertas épocas, en los comportamientos sociales. Antes que nada porque su medición es prácticamente imposible. Y es que el cine, como el arte en general, funciona en el nivel de la epidermis; como esas armas químicas que invaden el cuerpo a través de las porosidades.

Así, a lo largo de su historia el cine acompañó tendencias o creó nuevas. A veces las “contrabandeó”: como quien no quiere la cosa, dijo aquello que los demás callaban, no querían ver, o simplemente no podían. Otras simplemente fue un aparato de reproducción ideológica, aunque eso sí, siempre sutil, pocas veces propangandístico.

Pero lo más relevante es que no siempre fue igual. Si hoy acompaña la idea de que las cosas siempre fueron iguales y por lo tanto hay poco (o mucho) para hacer, en otros se mostró esperanzador sobre el destino humano. Y el cine es una forma casi ideal para la esperanza: siempre está buscando una manera personal de hablar de los temas fundamentales de las personas y de las relaciones humanas. Pese a ser una industria, el éxito o fracaso (tanto en términos comerciales como de prestigio) sigue siendo un misterio para los especialistas que lo hacen y para los especialistas que lo analizan. Esa característica de inasible lo convierte en un aliado del pensamiento y la emoción. Y con su revisión histórica constante ha contribuido sobremanera a mirar el pasado y el presente con otra perspectiva a la que ofrece la primera imagen de un hecho o una persona.

De esa manera construyó, y sigue construyendo, una mujer cinematográfica. La cual a veces se parece a la de la realidad del género, otras le aporta a su crecimiento, otras la quiere retener en un pasado sumiso.

La exhibición de diez películas y fragmentos de algunas otras permitirán ver cómo la mujer fue casquivana y tierna en la mayoría de ese tiempo, pero también heroica. Hasta no hace muchos años, ocupando un rol protagónico secundario: desde ahí algunos directores se empeñaron en asignarles el papel decisorio de una historia, oponiéndose al varón, aunque sobre todo a su razón machista. Más actualmente, disputando el lugar de la heroicidad en las historias. Al tal punto, que incluso se convirtió en personaje heroico de films de acción.

Películas y fragmentos ofrecerán la posibilidad de apreciar épocas más “adelantadas” que otras, aunque no determinadas por el tiempo cronológico, sino por los momentos sociales. Brindará la idea de ver cómo un arte que siempre fue mundial, sin embargo fluctuó a partir de los vaivenes de las sociedades que le dieron origen primero, e historia después.

La mujer cinematográfica es un recorrido cuya intención es redescubrir a la mujer en esa imagen de pantalla grande. Ver que la lucha por su independencia tuvo fluctuaciones, con momentos en los que se creyó que ya estaba todo hecho, otros en los que parecía que estaba todo por hacerse, e incluso algunos en los que logros como los de hoy jamás se alcanzarían.

Y también es la esperanza de que la reflexión que originen esos films contribuya a la continuidad del esfuerzo para mantener lo conseguido y ampliar los límites de la igualdad entre los géneros. Y a no abandonar la mirada crítica sobre las relaciones sociales, ya que es esa una de las garantías de que las inequidades no se amplían.

(*) Periodista de Cultura y Crítico de Cine. Escribió en la revista La Maga, Tres Puntos, TXT y en la web de subjetiva.com.ar, ahora es parte de Revista 23.

1 comentario:

BESOS dijo...

ME GUSTA MUCHO ESTA WEB HECHA PARA MUJERES BESOOS