Por María Cobos
Fuente: AMECO Press
Es la pregunta que intenta responder en esta entrevista la cineasta española Inés París, directora y guionista de películas como “Miguel y William” (2007), “Semen, una historia de amor” (2005); “A mi madre le gustan las mujeres” (2002) y “A mí quien me manda meterme en esto” (1997). Actualmente preside la Asociación de Mujeres Cineastas y de los Medios Audiovisuales (CIMA) cargo que ejerce en defensa de la visibilización de las mujeres creadoras y su obra.
La dirección en cine no es distinta a otras profesiones. También existe el llamado techo de cristal, el acceso a los puestos de poder y decisión sigue estando vetado a las mujeres. Además esta profesión tiene unas características que dificultan que las mujeres quieran dedicarse a ella.
Por un lado, las dificultades de conciliación de la vida laboral y familiar. Es una profesión en el que la conciliación es objetivamente difícil; además, del añadido, de toda la mitología de la enorme dificultad que tiene ser director de cine. Y cuando las mujeres eligen una profesión normalmente tienden a no elegir aquellas profesiones que las obliguen a sacrificar sus vidas privadas. Además, el acceso a la dirección en cine se suele hacer en la treintena, y las mujeres accedemos más tarde que los hombres, con lo cual, las mujeres podemos dirigir nuestra primera película con treinta y bastantes años de media, en el momento en que las mujeres están teniendo hijos.
Por otro lado, es una profesión que precisa unas características de confianza en uno mismo y de liderazgo ya que tampoco esta sociedad las facilita en la educación de las mujeres y en los mensajes que recibimos. En los hombres estas capacidades están más desarrolladas y potenciadas.
Por último, es una profesión que exige una preparación muy técnica, el lenguaje audiovisual es complejo y cuando se exige un lenguaje con cierta complejidad, las mujeres quedan excluidas de esas profesiones.
Otro problema es que tal y cómo están organizadas las instituciones de las que depende esta profesión, desde las escuelas de enseñanza, pasando por la crítica de cine, no están preparadas ni decididas para ayudar a las mujeres sino más bien que son de bloqueo al acceso de las mujeres a la dirección.
Inés París es una directora de éxito que anima a otras mujeres a dirigir y considera que en España es complicado tanto para los hombres como para las mujeres, aunque en el caso de éstas la cosa se agrava.
- ¿Cree en la formación de las escuelas de cine o en las directoras autodidactas?
- Hay de todo. Una de las obligaciones de las escuelas de cine es potenciar y cuidar que haya estudiantes. Me llamó la atención que en Francia hay una gran cantidad de mujeres realizadoras, más en televisión que en cine; y eso se debe exclusivamente a que en la escuela de cine francesa se obligó a que hubiese paridad, el mismo número de alumnos que de alumnas. Las escuelas deberían ayudar en lo posible y desde luego que los jurados de cine fuesen paritarios.
- ¿Cómo está en la actualidad el mundo de las mujeres cineastas? ¿Hay muchas, pocas, las que hay no pueden hacer su cine?
- En el año 2006 se produjeron 150 largometrajes y sólo 7 fueron dirigidos por mujeres. Somos muy pocas tanto en dirección, como en producción y en escritura. Raramente se supera el 20%; en general, diría que estamos entre el 10 y el 15%.
Cuando las mujeres faltan en el terreno del arte o de la ciencia hay dos explicaciones, unos que consideran que los genios nacen, crecen y crean al margen de las circunstancias sociales; si esto fuera así, las mujeres no estaríamos dotadas para la creación. Creo que los artistas son también un producto social y ser o no ser creador tiene que ver con la educación que se ha recibido y con las instituciones.
El tema de que no hayan mujeres directoras, y en general, menos creadoras que los hombres, tiene que ver con que vivimos en una sociedad patriarcal y machista donde la educación que reciben las mujeres no las prepara para ser creadoras; y las instituciones sirven de bloqueo en vez de ser una puerta de entrada.
Hay trato discriminatorio en la crítica de cine
¿Cómo se puede promocionar el cine de mujeres?
Lo principal es que se hagan películas y que las mujeres tengan buenos presupuestos. También que hayan comisiones paritarias que a la hora de juzgar las productoras y las televisiones qué películas se van a producir o de cuáles se van a comprar los derechos haya mujeres leyendo proyectos porque hemos comprobado que por su temática, hay proyectos que no interesan a los hombres.
Para promocionar ese cine, primero, más mujeres leyendo proyectos en las comisiones; segundo, que el estado se comprometa con ayudas a que las mujeres también podemos contar historias y crear imágenes porque eso no es un problema de las mujeres, es del todo país, que la creación del cine y la televisión esté en manos masculinas; tercero, que las mujeres tengan buenos presupuestos, buena distribución, que haya mujeres críticas de cine, porque también hemos comprobado que hay un trato discriminatorio en la crítica. Si el mundo de la cultura y la cinematografía no fuera un mundo tan machista, sino un mundo en el que se valorase la obra de las mujeres habría inmediatamente más mujeres creadoras.
¿Cree en las subvenciones al cine?
Rotundamente sí. En España tenemos una ley magnifica que es la Ley de Igualdad y que debería ser aplicada en todos los terrenos. Es una Ley producto de una preocupación social importante como es la exclusión de un sector de la población en la toma de decisiones. Esta Ley intenta corregirlos.
Se sabe que únicamente consiguiendo las ayudas a la creación femenina, a la investigación femenina… con todos esos mecanismos políticos permitirán que se transforme esta situación. Sí creo en las políticas de cuotas y en que tiene que existir paridad en los órganos de decisión.
La Ley del Cine se aprobó el pasado jueves ¿está de acuerdo con ella?
Desde CIMA, la Asociación de Mujeres Cineastas y de los Medios Audiovisuales, hemos apoyado la Ley del Cine en lo que se refiere a la problemática de las mujeres porque por primera vez la Ley contempla las ayudas a la creación. Esto es que la Dirección General del Cine va a tener en cuenta y va a puntuar un proyecto cuando es dirigido por una mujer; al igual que puntúa que sea un nuevo realizador. La Ley sí tiene en cuenta a las mujeres, aunque se podrían hacer muchas más cosas.
Como Presidenta de CIMA, ¿tiene conocimiento de la promoción del cine de mujeres que se hace desde otros países?
Desde CIMA nos queda mucho por investigar y estudiar. Vivimos en un mundo patriarcal y la invisibilidad de mujeres cineastas es un fenómeno generalizado. La industria del cine es muy poderosa económicamente y también para la transmisión de ideologías y las mujeres ahí estamos excluidas en todo el mundo. Es un fenómeno contradictorio porque hay un enorme interés por la producción femenina, las obras que hacen las mujeres son cada vez más interesantes, más vistas y tienen más éxito. También se da la circunstancia de que las mujeres son las que más leen, las que más van al cine y las que más se interesan por la cultura en todo el mundo.
Es una situación contradictoria, lo lógico sería, incluso por el bien económico de la industria, que las mujeres tuviesen más acceso a la dirección. Lo que sí hay en los países anglosajones es una gran tradición asociacionista, existen grupos de mujeres con mucho poder como la Woman in Film and Television que existe en Inglaterra y Estados Unidos. En Europa no tenemos esa tradición y desde CIMA queremos crear espacios para las mujeres cineastas, vamos a crearlo con todos los medios, asociándonos y animando a las mujeres a que sean creadoras de historias e imágenes.
Yo y muchas directoras nos sentimos excluidas, maltratadas en los medios de comunicación y sentimos que tenemos que pelear en un mundo con muchos prejuicios, tenemos una fuerza enorme y no estoy de acuerdo con aquello de que por ser mujeres tenemos que rendirnos; pues no me da la gana, creo que tengo muchas cosas que contar y quiero hacerlo y animo a otras a que lo hagan igual que yo.
A CIMA se pueden unir mujeres productoras, directoras, guionistas de cine y televisión; jefes de equipo y mujeres de los medios de comunicación. Dentro de un año, el colectivo realizará un encuentro internacional de cine y su objetivo prioritario es negociar y discutir con las televisiones e instituciones para que den paso a los productos desarrollados por las mujeres cineastas.
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